Con una maleta se puede viajar al fin del mundo.
Con dos maletas se puede viajar al fin del mundo y ¡vuelta!
Historias que viajan calentitas y cómodas de un lado a otro, metiéndose por los oídos y acurrucándose cerca del corazón. Historias para taparse los oídos y salir corriendo. Cuentos de muchos colores y formas, pero, en el fondo, todos caben en un par de maletas